El desarrollo sostenible se define como aquel desarrollo socioeconómico capaz de cumplir las necesidades de una sociedad sin comprometer los recursos naturales de esta y las posibilidades de desarrollo de sus generaciones futuras.
De manera intuitiva se puede definir cualquier actividad socioeconómica o de desarrollo social de un país como desarrollo sostenible si es capaz de mantenerse por si misma sin dañar el medio ambiente.
Fermentación, bioetanol y el biodiesel son las formas de biomasa fermentada. Para producir bioetanol se convierten los azúcares en etanol. El bioetanol se puede mezclar con gasolina o utilizarse directamente si se utiliza un motor adaptado.
Las fuentes más eficientes son la caña de azúcar y la remolacha, a pesar de las patatas, el maíz, el trigo y la cebada también se puede utilizar. De residuos forestales, cultivos energéticos y residuos de papel están en la fase de investigación para producir bioetanol.
La eco-energía es el diminutivo de “energía ecológica” y se refiere al proceso de obtención, almacenamiento y utilización de las diferentes formas de energías verdes ó ecológicas existentes en la actualidad.
Cualquier tipo de energía que se obtenga o se pueda obtener en un futuro a partir de recursos renovables, que no contaminen y protejan el medio ambiente y garanticen las sostenibilidad y la sustentabilidad, puede ser clasificada como una eco-energía.
La tala de árboles en un área asegurando la reforestación de los árboles talados es un ejemplo fiel de la actividad socioeconómica con enfoque de desarrollo sostenible. Por el contrario, el consumo indiscriminado de combustibles fósiles como el petróleo no se puede definir de ninguna manera como desarrollo sostenible porque con los conocimientos humanos actuales, no existe conocimiento de ningún sistema o método para reponer el petróleo consumido a partir de la biomasa existente.
Muchas de las actividades socioeconómicas principales en el mundo no son sostenibles ni a mediano ni a largo plazo, al menos con los planteamientos actuales.
El reciclaje es un proceso clave para la sostenibilidad ambiental, ya que permite reducir la cantidad de residuos que terminan en vertederos y promueve la reutilización de materiales. En este proceso, los desechos se clasifican en diferentes categorías, como papel, vidrio, plástico y metales, para luego ser transformados en nuevos productos. Esto no solo disminuye la extracción de recursos naturales, sino que también reduce las emisiones de gases de efecto invernadero derivadas de la producción de nuevos materiales. Además, el reciclaje fomenta la economía circular, donde los recursos son reutilizados en lugar de ser desechados, contribuyendo a una gestión más responsable y eficiente de los recursos.
Las casas de madera están ganando popularidad en España debido a su sostenibilidad y eficiencia energética. Este tipo de construcción utiliza un material renovable y biodegradable, lo que reduce significativamente la huella de carbono en comparación con otros métodos tradicionales. Además, la madera tiene propiedades aislantes que contribuyen a un menor consumo de energía para la calefacción y refrigeración, convirtiendo las casas de madera en una opción atractiva para quienes buscan un hogar más ecológico.
En estos días la sostenibilidad es una palabra que escuchamos constantemente, ya sea como mensaje político, como estrategia de proyectos o en productos; la podemos beber, comer, usar y hasta aplicar como estilo de vida.